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Sed, cristal y nuevos peligros en cabina

No, no voy a iniciar una nueva saga de “cuentos de terror en cabina”, aunque bien pensado, haciendo una recopilación de accidentes inusuales que le pueden ocurrir a un intérprete mientras está en acción bien podría escribir un compendio de tragedias.

Interpretar da sed, esto no es nada nuevo y no suele ser infrecuente que el intérprete agote el contenido de su botella de agua durante una interpretación (o directamente se olvide esta última en casa, como suele ser el caso de servidora la mayor parte de las veces) y tenga que salir corriendo a la desesperada a buscar a alguien del catering o de organización que pueda traerle un poco de agua.

Hasta hace no mucho no era de extrañar que el camarero/organizador/responsable del catering en cuestión apareciera sonriente con un par de botellitas de agua para los intérpretes, pero se ve que últimamente ha habido grandes cambios en las modas de los envases de agua en los congresos, con miras a proteger el medio ambiente imagino, y se utilizan cada vez más botellas de cristal (monísimas todas, por cierto) que aparecen en cabina así de la nada, como champiñones después de un día de lluvia, aguardando la llegada del intérprete para darle la bienvenida con gesto inocente.

Y ojo, que no digo que esté mal intentar proteger al medio ambiente utilizando envases reciclables, pero creo que en el ajetreo que supone la organización de un congreso muchas veces no se tiene en cuenta el riesgo de introducir botellas de cristal en cabinas donde hay equipos electrónicos, cables, intérpretes histéricos y otros elementos peligrosos.

En ocasiones, después de abrir las botellas previamente para que el intérprete no tenga que montar un escándalo mientras su compañero está interpretando, alguien muy amable se ha tomado la molestia de volver a dejar la chapita de la botella en su sitio, a modo de cierre, como avisando “ojo, líquido, cuidado que puede derramarse”, pero muchas otras la botella aparece simplemente allí, abierta, esperando a ser servida para apagar la sed de los concabinos.

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El arma homicida acechando al intérprete a su llegada a cabina con gesto inocente

Y yo me pregunto: ¿hasta ahora nunca se ha producido ningún incidente? Porque estamos provocando la más fiera reacción de Murphy para que todo el peso de su ley recaiga sobre nosotros. Papeles, ordenadores/tablets, consolas de interpretación… la lista de objetos que pueden irse al garete con un simple manotazo descuidado es interminable, por no hablar del suelo; si se trata de una superficie sin moqueta la cabina puede acabar como Nueva Orleans después de que pasara el Katrina.

Si algún organizador de congresos me está leyendo le recomendaría que tuviera esto en cuenta, al fin y al cabo dos botellitas de plástico no hacen tanto daño al medio ambiente y la que suscribe se compromete personalmente a reciclar la suya acabado el evento. Por si acaso a mis colegas, no seáis como yo y dedicad 5 minutos antes de salir de casa a rellenar alguna botella de plástico o comprad una antes de entrar en cabina, no vaya a ser que un día de estos aparezcamos en los titulares de los periódicos: “intérprete electrocutado por dejar caer botella de cristal en cabina”

La voz de Caddy Adzuba

Hace poco me propusieron el encargo que hasta ahora ha supuesto el mayor reto de mi carrera, tanto en lo profesional como en lo personal: interpretar una ponencia con rueda de prensa posterior de Caddy Adzuba. No todos los días se tiene la oportunidad de ser la voz en castellano de la ganadora del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia pocos días después de haberse anunciado el galardón, ni se tiene el privilegio de poder interpretar a una persona que viene defendiendo con uñas y dientes unos principios y valores que tengo en la más alta estima y que, por mi condición de mujer y mi empatía con el sexo femenino, me son muy cercanos. Se puede imaginar la tensión interior que viví los días previos al encuentro, así como la mezcla de sentimientos encontrados que se me amontonaban.

Si a esto se le une la profunda preparación psicológica a la que debí someterme, tema sobre el que ya he escrito anteriormente y que, en el caso del intérprete autónomo, considero un requisito altamente infravalorado, imaginareis que llegara al sitio de la interpretación hecha un flan.

El formato de la interpretación era el de una videoconferencia, por lo que había que estar especialmente atentos a que el aspecto técnico funcionara de maravilla y rezar para que las telecomunicaciones congoleñas cumplieran debidamente su cometido. Una vez superados los pequeños inconvenientes de ruidos de fondo y llamadas que se cortan me encontré con una Caddy sonriente y muy contenta, aunque con el mismo mensaje tajante que ha venido proclamando a los cuatro vientos durante toda su carrera.

Y es que, ante personajes de tal porte, hay que ser muy prudente para no acabar provocando un conflicto diplomático. El mínimo desliz, detalle magnificado o suavizado o una frase algo ambigua podrían dar al traste con todo el esfuerzo anterior.

Caddy Adzuba

Nadie diría que tras esa sonrisa se esconde una fiera en la defensa de los derechos de mujeres y niñas

 

Y claro, los medios no se cortaban, ¿eh? Que si piensas que el gobierno de tu país se está encargando de perpetuar el conflicto, que si crees que España pueda estar proporcionando una ayuda valiosa o, por el contrario, lucrándose con la existencia del conflicto, que si el papel de las ONG españolas es el adecuado y ayudan a la reinserción de los niños-soldado en la sociedad… A preguntas más directas respuestas más claras y contundentes (y más sudores fríos por mi parte).

Caddy hizo alarde, una vez más, de valor contándonos sin tapujos cómo transcurre su día a día en radio Okapi y en qué condiciones lleva a cabo su trabajo (desde visitar a mujeres que han sido violadas y torturadas por los rebeldes y quieren proporcionar su testimonio hasta las ocasiones en que se ha dejado secuestrar por el bando enemigo, en medio del bosque, para averiguar quién le estaba proporcionando las armas) y nos explicó cómo se puede vivir bajo amenaza de muerte haciendo frente a los miedos.

No dejó de agradecer a toda la sociedad española por las muestras de apoyo que había recibido y al Comité del Príncipe de Asturias porque el galardón servirá para dar más visibilidad y un nuevo impulso a su causa.

En lo personal, me llevo el honor de haber podido ser, aunque sea por unas horas, la voz de una persona que ha sabido ganarse mi mayor admiración a lo largo de mucho tiempo y que, al igual que yo, tiene algunos problemillas con las palabras suaves.

En lo profesional, considero que he superado otro de los grandes retos que desde siempre me había infundido mucho respeto: interpretar a una persona a la que admiro con la máxima fidelidad, estando a la altura de su figura a pesar de los inconvenientes técnicos.

Y para el recuerdo queda…